Sol y luna
Mar y cielo
Flor y colibrí
Amanecer y rocío
Ocaso y sueños
Luz y esperanza
Música y fantasía
Arte y danza
Magia y perfume
Ternura y caricia
Rosa y poesía
Tu y yo
El amor…
Yvette Ruben
EL ARTE DE VIVIR CON FLORES
REFLEXIONES Y PENSAMIENTOS
FOTOGRAFÍA
POESÍA
INSTANTES
Sol y luna
Mar y cielo
Flor y colibrí
Amanecer y rocío
Ocaso y sueños
Luz y esperanza
Música y fantasía
Arte y danza
Magia y perfume
Ternura y caricia
Rosa y poesía
Tu y yo
El amor…
Yvette Ruben
Todos lo sabían menos ella.
Como la madreselva,
vivía enredada entre las flores
o los cristales de colores.
Soñaba y fantaseaba en demasía
y su mundo mágico la mantenía
encerrada ante el esplendor de la belleza.
Celebraba el nacimiento de una rosa
como el encuentro entre el sol y la noche.
Y aunque la realidad llegó sin aviso,
su fuego no supo apagarse,
como la zarza que arde
y no se consume.
Yvette Ruben
Ella espera quien venga
a dar calor a su alma.
Aguarda con café montañero
y dulces con aroma de atardecer.
Esperar es soñar
y seguro alguien llegará
con voz de ángel a su balcón.
Bendita sea la música
y las voces con sentimiento.
Y es que la luz y la magia,
llegan de donde menos se imagina…
Yvette Ruben
Por esas cosas del destino
y no se por qué…
Siempre eran las cinco de la tarde
cuando nos amábamos
entre el aroma del café y el dulce.
Tu con la mirada
y yo con el deseo.
Yvette Ruben
Cómo no amarte
si eres el fulgor de las estrellas
la tibieza del sol
y la frescura del amanecer.
Cómo no amarte
si unos momentos en tus brazos
es la eternidad deseada.
Cómo no amar tu hombría
frágil ante la caricia
y la seducción.
Cómo olvidar el beso furtivo
y la estela eterna de tu perfume.
Cómo no amarte
si eres la pasión
que ausenta la razón.
Cómo no amarte…
Yvette Ruben
Después de todo…
¿Qué es tener una buena vida o felicidad?
Leer la prensa, los zapatos lustrados,
la venta del día, el amor...
Ver pasar gente y compartir con amigos.
Regresar al hogar, una cena tranquila
y un sueño reparador hasta el nacimiento
del sol…
¿Será que todos estamos equivocados en todo?
Yvette Ruben
¿Me preguntáis cómo me volví loco?.
El caso ocurrió como sigue:
En tiempos muy remotos, mucho antes que muchos dioses hubiesen nacido, desperté de un profundo sueño y noté,
que todas mis máscaras habían sido robadas.
Si, las siete máscaras que había confeccionado
y usado toda la vida-;
y, por calles atestadas de gentes, sin ninguna de mis máscaras,
corrí gritando: “¡Ladrones, ladrones, malditos ladrones!”
Hombres y mujeres se rieron de mi, y muchos se refugiaron en sus casas,
de miedo a mi.
Y cuando llegué a la plaza de mercado, un joven que se hallaba en la azotea de su casa, señalándome, gritó: “¡Es un loco!”
Alcé los ojos para ver quien era el que hablaba,
y fue cuando el sol por vez primera, bañó mi rostro desnudo.
Por primera vez, el sol bañó mi rostro desnudo,
y mi alma hinchóse de amor por el sol,
y no volví a sentir desde entonces, ningún deseo por mis máscaras.
Y como en un éxtasis , grité:
“¡Benditos, benditos sean los ladrones que robaron mis máscaras!”.
Es así como me volví loco.
Y encontré tanta libertad como seguridad en mi locura:
la libertad de la soledad y la seguridad de no ser nunca comprendido
pues aquel que nos comprende esclaviza alguna cosa de nosotros.
El Profeta – Jalil Gibrán
Es igual en las alturas o en el barranco.
La luz está en el alma y el espíritu.
Soy navegante en mi mente
y esclava de mis fantasías.
¿Nace un nuevo mundo?
No lo creo.
Nace una nueva verdad individual,
siempre oprimida y en la sombra.
Ahora se eleva, busca,
quiere volar
pero está aferrada a la tierra.
El instinto es la guía para seguir
y en el camino,
atento está el destino.
Yvette Ruben
Nadie habla, todos comen.
La música ensordece
y nadie escucha.
Tecnología para el bien
y para el mal.
Mueren los sueños, las fantasías.
El desamor predomina,
todo es efímero
mientras la guitarra
sigue su movimiento.
Solo tocas para ti músico
y estás anciano,
aún buscando
oídos que te escuchen.
El cuerpo pesa,
los dolores aumentan.
No tengo prisa para ir
y más bien,
deseo regresar en donde comencé.
Estoy entre el olvido y el ser.
Decido seguir andando
y los pies cansados
dirán hasta donde.
El amor no se extingue
y la llama ardiente
es fuego tranquilo.
Ven aquí, mis brazos te esperan,
miraremos juntos el futuro.
pero está su amiga la guitarra.
Ojos tristes y desesperanza,
su melodía inunda el ambiente
de nostalgia.
No hay quien entienda lo que expresa.
Dicen que el son se fue de aquella isla
pero no, allí está,
como las olas del mar.
Van y vienen los acordes.
No conoces el amor,
no das, no recibes.
Sus ojos no miran de cerca
y siempre anhelando
otro futuro, quizás prohibido
o inalcanzable.
Pobres los ojos que no ven,
pobre el corazón que no ama,
pobre el que su sed no calma
con agua de manantial
y desea la riqueza que no termina.
Yvette Ruben
Hay en mi jardín cuatro estaciones.
Lo visitan diariamente las tórtolas
en busca de alimento
y de lo que podría ser su hogar.
Haciendo gala a la expresión;
“se aman como dos tórtolos”.
me deleito con su romance
y me recuerdan que no hay edad
ni época para el amor.
Aquí una escena
de lo que podría ser
un amor de otoño.
Yvette Ruben
Está ese amor
que rompe barreras
y va más allá de la piel.
Es otra dimensión,
desconocida e inexplicable.
Profundo y silencioso
como la profundidad del océano.
Elevado como las palabras
que escapan con el viento.
Único, no lo conoce la poesía.
Quien llega a sentirlo,
no podrá escribirle un verso.
Glorioso e indefinible,
lo cobijará eternamente
en lo más reservado del alma.
Yvette Ruben
Las palabras y los pensamientos
cambian con los días y su aroma.
Vivo en un mundo real el cual
adobo con fantasías mágicas
y lúdicas, quizás.
No pertenezco al mundo virtual,
lo mío es de manos y creación,
de andar por las calles de mi ciudad
y descubrir lo perdido entre sombras.
¿Me preguntas cómo soy?
Soy caminante, apasionada, sensible…
A veces soy día y otras noches…
¿Y acaso, qué eres tu,
un planeta o satélite?
Si tienes dudas,
te invito a mi mundo mágico,
fantástico y sensorial,
loco y cuerdo, como debe ser.
Espero encontrarte….
Yvette Ruben
Hay días en los que no encuentro
el sentido de la vida.
Es como despertar de un sueño
en el que no conoces los personajes
y todo es lejano y borroso.
Observas, sientes y tratas
de identificar las figuras
y no estás tu, estás ausente.
Es de día y el bullicio de la ciudad
madrugadora te despierta.
Hay que volar a donde
te lleve el viento
o seguir andando
aunque tu alma esté dormida…
Yvette Ruben
Un mar de alegría abraza mi casa
y parece que habrá celebración.
Se preparan las flores
vistiéndose de rojo gala.
Le excitación es extrema
y la luna vestida de seda
hace honores a la fiesta.
Las puertas abiertas
invitan al ingreso
y la magia del jardín
creciendo a su albedrío
gozando de libertad.
Si, habrá festejo en la casa,
brindaremos con velas
y lluvia de estrellas.
Yvette Ruben
A veces la mente se detiene
como un viejo reloj cansado de su oficio.
El embrollo, es que ella no puede
ir al relojero a cambiar las pilas.
Y así, sin ninguna obligación precisa,
busca disculpas mientras espera impaciente
el brote de una idea
que salga como un respiro.
La espera, es un nudo que aprieta
y está por desatar.
Quizás se esconde por alguna razón
o tal vez, no exista.
¿Dónde estás me pregunto?
¿Por qué razón te paralizas?
Yvette Ruben
multiverse from Hiroshi Kondo on Vimeo.
La vida es impredecible y extraña.
Mueren los amigos, artistas, médicos,
seres queridos…
Hoy, tengo nostalgia y me siento
como única sobreviviente del Titanic…
Veo el horizonte y la inmensidad del mar
y pienso en qué me depara el destino.
El dolor es tan agudo
como la profundidad del mar.
A lo lejos, manos desconocidas se me tienden
para subirme de nuevo a la vida.
¿Comenzar de nuevo?
¿Nuevas fantasías?
Amanece y un rayo de luz
golpea mis ojos como una premonición.
No sé qué tanta fuerza llevo dentro de mi
pero hay que seguir andando
una vez las nubes se abran
y el cielo asome.
Esperaré…
Yvette Ruben
Los días pasan y carecen de nombre.
Insisto sumergirme en mis fantasías
reacias ahora por el encierro
y busco compañía en los habitantes
de mi jardín.
Ellos no tienen almanaque ni reloj,
se guían por la luz y el instinto.
Me internaré en su mundo fantástico
y sencillo; ley de la naturaleza.
Las obligaciones quedan atrás
y busco una disculpa innecesaria.
Hemos caído en nuestra propia trampa
de inconsciencia e irrespeto al entorno,
embebidos en el mundo material tan
ajeno a los sentimientos y al amor.
Todo es lejano y comienza a gustarme
el aislamiento y desprendimiento.
Se nos volvió lenta la vida,
los relojes no son imprescindibles,
vestimos ligero y comemos lo necesario.
Llegó el momento de enfrentarnos
a la realidad…
Yvette Ruben
y descubriré nueva música,
descifraré el silencio
e iré por donde me lleven
los vientos de Agosto.
Me extasiaré con nuevos colores
ante la propuesta del día.
Las calles serán campos verdes
y el encierro, mi Edén.
Seré tuya vida mía,
tu aliento de miel y realidad
guiarán mis pasos hacia el norte,
allá muy cerca del arco iris
y las extensas praderas.
Buscaré al sabio de las montañas
y le pediré me cuente
el enigma de la existencia.
Yvette Ruben