Reflexiones

EL ARTE DE VIVIR CON FLORES
REFLEXIONES Y PENSAMIENTOS
FOTOGRAFÍA
POESÍA
INSTANTES

1 de noviembre de 2012

El mar es mi poesía, es arte.

El mar es mi poesía, es arte y como tal lo trato aquí, en este espacio.
Estas imágenes no están alteradas ni maquilladas, así
las viví, fue el máximo del esplendor.
Tal vez me  excedí, pero compartir tanta belleza
es un deber y un placer.
Son cientos de fotos que registré con la cámara en tres días y en cada instante que pude hacerlo.
Lo sorprendente para mi, es descubrir en el mar el arte como si fuera una instalación o arte conceptual.
En algunas hay personas que salieron a compartir, a ver de cerca la furia de las olas, a convivir la excitación extrema de las gaviotas, a sentir la sensualidad de las palmeras en movimiento.
Esta es la exposición, tal vez no consecuente como lo hubiera querido, pero creo que lograré transmitir la energía que nos llega del cosmos y no la aprovechamos en cada momento de nuestra vida.
YvetteRubenA


El beso
Mujer y niño admirando el mar
El mar no es siempre un sueño azul
Curiosidad
Caminante no hay camino, se hace camino al andar
Siguiendo el futuro
Luz y color
Moda y  mar
El poeta
Poesía 
Libertad
Lista para el vuelo
Poesía en el cielo

Luz y sombra
Recuerdos en la memoria
Un rayo de luz y esperanza





30 de agosto de 2012

Convivir con arte, una experiencia


Convivir con arte es hacerlo en libertad, darle su espacio, tener flexibilidad.
Su función no es la de vestir paredes ni tampoco estar en un sitio predeterminado que lo aprisione toda la vida.
Lo ideal, es que nos enriquezca el alma y acaricie nuestros sentidos.
Juego con él cada día y cuando lo miro, es un nuevo descubrimiento, un nuevo sentir.
Así es el arte, un amor por el cual vemos el amanecer todos
los días.
Yvette Ruben Alfandary



Las llamo historia de mujeres enamoradas y me encantan. Ellas juegan a mi alrededor, se mueven y buscan donde acomodarse. Cada día es una nueva experiencia.




















27 de abril de 2012

El mundo de los cactus - Cactus Cachipay -




Si te gustan los cactus, lo mejor es
 Cactus Cachipay , me dijo una amiga.


Guy Xhonneux, como el mismo lo cuenta:

 - Mis amigos dicen que estoy loco, no entienden mi pasión por lo que hago.

Nací en África, hijo de padre médico y  madre enfermera.
Viví allí hasta los 14 años, tiempo en que el entorno te marca para siempre y será la orientación en la vida.

En qué forma te marcó ?

Nunca olvidé la selva Africana, muy parecida al Amazonas. Uno pensaría que es silenciosa, pero no es así.
En las selvas la vida es muy intensa, los ruidos, olores, colores, el movimiento continuo de animales y vegetación son una sinfonía permanente.
Ruda y mágica a la vez, te atrapa y jamás te desprenderás de esa sensación.

 Mira, la misma naturaleza se encarga de reproducirse, las semillas llegan, las traen los pájaros, la brisa y otros animales.
Aquí no se toca nada, todo es natural y en este momento, el único jardinero que tengo es el Creador.-




Por esta razón vives aquí, en esta selva africana, rodeado de flores exóticas, animales, orquídeas...
Palmas Africanas y diferentes especies de árboles y arbustos que llegaron en semillas de otros países,  muchas veces en sobres o regalos
de amigos.


Orquídeas y flores, semillas que llegaron con el viento...
-Sí. Vine a Colombia prestando un servicio militar cívico, regresé a Bélgica cuando terminó y aunque no

fue fácil mi permanencia aquí, regresé de nuevo para quedarme.

Llegué sin dinero y después de trabajar en varios sitios, tomé la decisión de independizarme.

No tenía más posibilidades que comprar este lote pelado y con muchos sacrificios hasta el día de hoy, creé esta selva Africana que está frente a tus ojos -


Los cactus

¿En qué momento nació tu interés por los Cactus?

-Viene desde mi infancia, mi abuela tenía en Bélgica un invernadero con una colección pequeña, yo los observaba y me fascinaban.
Empecé a estudiar e investigar sobre ellos y aquí está el resultado.


 Guido, una pregunta indiscreta, siento que estás muy solo, estoy equivocada?

-Bueno, es una pregunta con dos respuestas tal vez.

Por un lado me siento a gusto con lo que he logrado, aún sea con muy grandes sacrificios.



- Por otro lado, me siento desamparado porque el

cactus no es muy conocido y tiene mitos, producto de la ignorancia.

No dejo de preguntarme qué pasará con esto, quien continuará mi obra para que no se pierda y se extinga.

La razón de todo en la vida es dejar un legado a la humanidad. En esos momentos es que me siento solo. -


Cactus Siamés



En florescencia


Como en un mundo de fantasía
De libre expresión
Formas caprichosas y artísticas
Rígidas o sensuales
Estilizados
Guido, he aprendido mucho contigo. Me voy feliz al confirmar que todo lo que nace de la tierra, es energía y las voces que corren de boca en boca, son agüeros.

Tienes un bello museo de esculturas, moldeadas por la naturaleza y sus caprichos.
Te deseo el mayor de los éxitos en esta gran empresa por la que luchas para dejar testimonio de tus investigaciones y conocimientos.
Colombia y El arte de vivir con arte, te lo agradecemos.
YvetteRuben 














19 de abril de 2012

En la niebla - Hermann Hesse -






Día lluvioso, la niebla abraza la montaña como velo de novia. 
No sé manejar el frío ni la oscuridad,
me guardo buscando calor.

El sol se ha ido en busca de nuevas tierras, alegrar
otros corazones o tal vez, darle brillo al mar.

Desde mi ventana veo blancas figuras en movimiento, 
los pájaros se han ido,
 solo queda esperar...
Yvette Ruben A


Hermann Hesse

En la niebla

¡
Qué extraño es vagar en la niebla!

En soledad piedras y sotos.

 No ve el árbol los otros árboles.

 Cada uno está solo.

 

Lleno estaba el mundo de amigos


cuando aún mi cielo era hermoso.


Al caer ahora la niebla 
los ha borrado a todos.





 ¡Qué extraño es vagar en la niebla!


Ningún hombre conoce al otro.


Vida y soledad se confunden.


Cada uno está solo.
"En verdad no es sabio aquél
que las tinieblas no conoce,
las que inevitables y silenciosas
de todo lo separan"




15 de abril de 2012

Lluvia - Federico García Lorca -




Lluvia

La lluvia tiene un vago secreto de ternura, 
algo de soñolencia resignada y amable, 
una música humilde se despierta con ella 
que hace vibrar el alma dormida del paisaje.


 

Es un besar azul que recibe la Tierra, 
el mito primitivo que vuelve a realizarse. 
El contacto ya frío de cielo y tierra viejos 
con una mansedumbre de atardecer constante.

 

Es la aurora del fruto. La que nos trae las flores
y nos unge de espíritu santo de los mares. 
La que derrama vida sobre las sementeras 
y en el alma tristeza de lo que no se sabe.

 

La nostalgia terrible de una vida perdida, 
el fatal sentimiento de haber nacido tarde, 
o la ilusión inquieta de un mañana imposible 
con la inquietud cercana del color de la carne. 



 

El amor se despierta en el gris de su ritmo, 
nuestro cielo interior tiene un triunfo de sangre, 
pero nuestro optimismo se convierte en tristeza 
al contemplar las gotas muertas en los cristales.

 

Y son las gotas: ojos de infinito que miran 
al infinito blanco que les sirvió de madre.



 

Cada gota de lluvia tiembla en el cristal turbio
 y le dejan divinas heridas de diamante.
 Son poetas del agua que han visto y que meditan 
lo que la muchedumbre de los ríos no sabe.

 

¡Oh lluvia silenciosa, sin tormentas ni vientos, 
lluvia mansa y serena de esquila y luz suave, 
lluvia buena y pacifica que eres la verdadera, 
la que llorosa y triste sobre las cosas caes!

 

¡Oh lluvia franciscana que llevas a tus gotas 
almas de fuentes claras y humildes manantiales!
 Cuando sobre los campos desciendes lentamente 
las rosas de mi pecho con tus sonidos abres.

 

El canto primitivo que dices al silencio 
y la historia sonora que cuentas al ramaje
los comenta llorando mi corazón desierto 
en un negro y profundo pentagrama sin clave.

 

Mi alma tiene tristeza de la lluvia serena, 
tristeza resignada de cosa irrealizable, 
tengo en el horizonte un lucero encendido 
y el corazón me impide que corra a contemplarte.

 

¡Oh lluvia silenciosa que los árboles aman 
y eres sobre el piano dulzura emocionante; 
das al alma las mismas nieblas y resonancias 
que pones en el alma dormida del paisaje! 

Federico García Lorca – 1898 – 1936 -
Después de la lluvia