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EL ARTE DE VIVIR CON FLORES
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8 de mayo de 2011

París 1900 -










París 1900
Siempre sentí que todo lo que me atrae e interesa, sucedió en 1.900.
Al recibir estas fotografías de Paris, se exaltan mis sensaciones y me transportan a ese mundo con el que tanto soñé.




Cafés visitados por intelectuales de todo el mundo.
Talleres y galerías de arte, salas de conciertos y salones de baile.

Nacieron las corrientes pictóricas que marcarían el siglo XX; fauvismo, expresionismo, modernismo. Música, arquitectura,  Art Nouveau, moda, deportes.
Se vivía una bella época. La creación estaba en su más alto nivel.
Era una especie de “años locos”.






Encuentro información muy completa en la web.
Sin embargo, mi mente no está satisfecha.
Sueño con un submundo que tal vez está en mi imaginación.




Una época vivida con arte y estética, un poco alejada de la realidad. Pero como digo siempre, cuál es la realidad, ¿la que vivimos o la que soñamos?
Así que resolví exponer lo que tal vez para otros fue una vivencia y que para mi es un sueño.
Yvette Ruben A


                                      Avenue Nicolas II
                                                Edith Piaf
                             Boulevard de la Madeleine
                                             Montmartre
                                          Place Clichy
                                           Moulin Rouge
                           
1900
Un día cualquiera
El ambiente sombrío del espacio, no armonizaba con el bullicio y la actividad de las calles en la ciudad. Tampoco tenía los colores del amor ni la pasión.
Reinaba una indiferencia absoluta, madre de la insensibilidad.
“Aquí nace el amor, el arte, la literatura, la vida.”
Fueron sus primeras palabras dichas con una voz grave, pero dulce y con gran sentimiento.
Al momento, como en un cuento de hadas, la penumbra se convirtió en una noche de luna y estrellas, todo era esplendor.
Ya no había espacio ni ruido.
La pasión, como una hiedra, se enredó en el  ambiente.
El lenguaje del amor era silencioso a fin de escucharse a sí mismo.
El tiempo perdió autoridad. Todo era una continuación de sensaciones nuevas e indescriptibles.
El deseo, tan insaciable a veces, quedó en el aire.
Era perfume de amor.
Yvette Ruben A
                   Toulouse Lautrec - El beso
                 Galerie D´apollon all Louvre
                                    Le Louvre
                                         La moda
                                     En el mar
                      Place de la concorde


Tango en Paris
              Vue panoramique Les sept Ponts
                              Los sombreros
                           Buttes Chaumont
                       Moulin Rouge 


Osaría algunas veces salir de mi sepulcro para ir a las sesiones de jazz nocturno de París, donde asimilando por los colores, reflexionaría acerca de ellos en frente del fuego. Yo podría ser visto caminando a través de un pasillo fúnebre de mi casa, y descendiendo por una oscuro espiral de escarpadas escaleras; acometiendo clandestinamente a Montmartre, impaciente por ver los rubíes ardientes del cruce del Moulin Rouge. Vagué por ahí, luego compre una entrada para observar el delirio frenesí de plumas, vulgares labios pintados y pestañas negras y azules. Pies desnudos, muslos, brazos, y los pechos se arrojaban sobre mí a través de espuma roja-sangre de ropas translúcidas.
Los tuxedos y las narices torcidas vestidas en chalecos blancos y pañoletas que llenarían el pasillo, con sus manos plantadas en los bastones. Entonces me hallé a mí mismo en un pub, donde los licores eran servidos en un féretro (no en una mesa) por el mismísimo diablo: «bébala, desgraciado!» Habiendo bebido, volví bajo el cielo negro dividido por las franjas llameantes, con las cuales las agujas radiantes de mis pestañas marcaron. Delante de mi nariz una corriente de bombines y velos negros seguían su pulsación, espumeando verde azulado y naranja cálido de las plumas que llevaban las bellezas de la noche: para mí ellos eran todos uno mismo, pues tuve que cerrar mis ojos por la insoportable radiación de las lámparas eléctricas, cuyas agitadas llamas estarían bailando debajo de mis párpados nerviosos por muchas noches por venir...
Andrey Bely sobre el Moulin Rouge, 1906.
Wikipedia
                                 Sara Bernhardt
                          Le matin aux acacias
             Yate del Baron Edmond de Rothschild
                                  Deauville


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