Nadie se
expresa hoy en día.
Todos somos
Zen, Sufíes, Dalái Lamas, meditación...
Es prohibido
hablar de emociones y sentimientos.
Un “no”, es
una negación, y una carcajada, una exageración.
La naturaleza
nos enseña que existen momentos gloriosos
y otros de
catástrofes. No obstante, mantiene su equilibrio,
armonía y
alegría.
Expresarse es
vivir.