Y llegará el nuevo día
cuando se abran las puertas a la vida.
Reanudará el barullo citadino.
El sonido del movimiento
entre máquinas y espíritus
volverán a dejarnos sordos
de los sentimientos
que en el silencio,
hemos ganado.
Volverán a estar
los cuerpos apretados
en transportes insuficientes
corriendo contra el tiempo
sin de verdad,
llegar a ninguna parte.
La ansiedad de la supervivencia
pareciera que fuera ella
la causante de tal tumulto.
Y me evado y me escondo
de toda esa tormenta
labrando la tierra
en los campos de mi conciencia
amando la naturaleza
mientras siembro semillas de amor.
Por ahora, emprendo vuelo con las gaviotas
sobre un mar de esperanzas.
Yvette Ruben
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