No le gusta verme
vestida de rojo pasión.
Quiere que sea sumisa,
sirena de su vida,
transparente y rodeada
de caracoles y peces de colores.
En las noches de luna,
nos apareamos
bajo la complicidad de las nubes.
Le susurro que no puedo
pertenecerle totalmente
porque hay veces,
en que la necesidad de emprender vuelo
es imperiosa.
Mar, pertenezco a la vida,
al aire, al sol, a la luna
y a las estrellas.
Déjame volar y si vuelvo,
de nuevo seré tuya.
YvetteRubenA
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