Andando por las calles
encontré mi alma.
Vestida en terciopelo
rojo y apasionada.
Jubilosa por la libertad
de expresión,
de genialidad.
Complacida por el exceso de todo
y la necesidad de nada.
Si, esa es mi alma
y la encontré andando por las calles.
Maravillada al verse en las vitrinas
que le servían de espejo.
Nostálgica por lo que debería ser
y no siempre es.
Gustosa por lo bizarro
y la autenticidad
a la que todos temen.
Alma querida,
que rebelde eres,
me encanta tu tímida incoherencia.
Es así como te amo,
libre de temores y
amante de lo imposible.
YvetteRubenA
Y a lo lejos, se escucha el lamento de un violín
Y a lo lejos, se escucha el lamento de un violín
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