18 de febrero de 2017
17 de febrero de 2017
Jaques, un coleccionista con criterio.
15 de febrero de 2017
1 de enero de 2017
2017
Hoy, primer día del año 2017,
Alas emprende vuelo.
No desea volar muy alto ni
muy bajo; únicamente lo
preciso para sentir el mundo
bajo sus pies.
No es arrogancia, simplemente
es más creativa cuando
está en estado de levitación.
Recorrerá montañas y valles y
escuchará el canto de
sirenas. Será un hada en el
bosque encantado y dormirá
con el arrullo de las olas
del mar.
Será coqueta entre las
estrellas y la luna al anochecer,
y cuando despierte con el
alba, recibirá el amor.
Se alejará de los
supermercados, el cemento depredador
de la naturaleza, la música
chatarra y la informática
sensacionalista.
Florecerá entre nubes de algodón
y rocío de auroras.
Y de nuevo, será.
Yvette Ruben A
Alias: Alas18 de noviembre de 2016
La Luna
La Luna me domina, me cautiva
con su misterio.
A veces me siento como ella,
luminosa, brillante
y majestuosa. Otras veces,
cuando las cosas no se dan,
la persigo y tímida en la
noche oscura, me refugio
entre las nubes para pensar.
27 de octubre de 2016
La boda
Estoy organizando mi boda y
será pronto.
Me casaré conmigo misma.
No habrá padrinos ni testigos
y pocos invitados.
Entre ellos,
estará mi alma y algunos que
la comprenden.
Luciré lo que me gusta
para ocasiones especiales;
joyas, sedas, pieles.
En un camino de flores
iré al altar
donde yo misma me espero.
La Gran Verdad
8 de octubre de 2016
7 de octubre de 2016
6 de octubre de 2016
Huracán Matthew
Desde mi
ventana, esperando
el huracán
Mattew,
bestia de cabeza
y cola
y un solo ojo.
El mar ruge
y las olas se
agitan invadiendo la playa.
Oleadas de
espuma blanca que
brilla en la
oscura noche.
Me atemoriza la
incertidumbre,
la impotencia
con que la naturaleza
somete al
hombre.
La luna se ha
guardado y el espacio
aún está en
calma.
Hay un silencio
extraño, como si
las horas se
detuviesen esperando
la furia que
llega.
El paso del
tiempo es lento, vengándose
del descuido y
prepotencia que
nos ciega una
vez termine todo.
Sabemos hablar y
no escuchar.
Cierro los ojos
y oigo cada lamento
que por ahora,
es un arrullo que recién
nace y será un
grito brutal.
No cuidamos
nuestro planeta y a la
menor protesta,
nos escondemos
con cobardía y
luego olvidamos.
La
amenaza se hace realidad.
Las
nubes bajan y comienza
la lluvia.
Es medio
día y parece un atardecer
sombrío,
sin pronóstico.
Por
momentos hay tranquilidad y
esperanza,
el sol de nuevo brillará.
Siempre
hay una enseñanza:
“Las
palmeras, humildes y flexibles,
agachan
sus cabezas ante el vendaval
y siguen
en pie.
El
roble, en su soberbia, se quiebra
en dos
ante cualquier fuerza que no
pueda controlar.”
Cae la
tarde y es casi noche...
Soy el mar
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