Me desconcierta la tendencia
donde no cabe la sensibilidad ni el sentimiento.
Se escucha permanentemente la necesidad de un cambio
y precisamente, son las personas que no cambian nunca
y que llevan esa muleta consigo para justificar su inercia.
Lo único que no cambia es la naturaleza.
Ella, sin reparos, sigue andando a pesar de los estragos
con que tiene que lidiar.
¿Qué pasó con el encanto hacia el arte desde la Creación?
¿Por qué hay tantos pensando que deben recibir
sin aportar nada?
¿Y es que acaso, destruir nuestro entorno es un
pasatiempo cómico de desocupados?
La desigualdad de condiciones es un azar de la vida a través
de la historia en la que tanta belleza hemos heredado
de los genios de la pintura, la música, la literatura…
¡Cuidado querido lector!
No desperdiciemos la vida y, no le prestemos tanta atención
a los que nacieron para quejarse.
Y no se trata de ricos o pobres, no.
La riqueza no es un pasaporte para la felicidad,
ni la pobreza para la desgracia.
Se trata de Agradecimiento, de Cultura
y por supuesto, de Caridad.
Los invito desde este pequeño rincón a reflexionar;
porque sin belleza y creación no hay existencia
y, porque los primeros que tenemos que cambiar
somos nosotros mismos, uno por uno,
hasta elevarnos y ver la maravillosa obra de arte
que es la vida.
Y es para todos, no para unos cuantos…
Yvette Ruben
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