Abrimos puertas de nuevo.
Cada día es un comienzo
y parece que estamos atrapados
ante una nueva amenaza.
Pero la vida continúa y los pájaros
cantan, las mariposas vuelan,
las abejas se alimentan…
¿Ellos no se enferman?
Y así, la ciudad despierta más tarde.
Las finanzas del reciclador se debilitan
y aumentan los domicilios.
¿Y nosotros qué?
No se me ocurre otra cosa que nacer de nuevo.
Pensar que aun somos niños,
que la vida diaria es un paseo al parque,
una lonchera y regresar a casa para el almuerzo.
Luego una siesta y de nuevo jugar y reír.
Por supuesto, es una fantasía que ayuda
a bajar la ansiedad.
Debemos laborar para el sustento del día a día,
pero es el comienzo para aceptar que tantas
cosas que llevábamos en el hombro y que pesaban,
no eran necesarias.
La vida es sencilla si creemos en ella y en el amor.
Dejemos a un lado lo superficial,
eso que pensamos nos trae felicidad y no es así.
La felicidad no viene en un paquete,
no tiene forma sino aroma…
La editora
Inspiración total!!!
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