¿La virtualidad acabará con el romanticismo?
Habrá un nuevo protocolo del lenguaje,
quizás frío y distante o apasionado y sincero,
pero sin pilares que lo sostengan y con las emociones
clavadas en el alma e impedidas a tener voz.
Y de lo físico, perderemos el palpitar de un corazón
en el cálido pecho del amado,
la ausencia de sus caricias,
el roce que eriza la piel,
perfilar con el índice sus labios
y enriquecerse con el esplendor de su sonrisa.
La seguridad de un apretón de mano,
el vuelo de una caricia en tu pelo
y de un beso extraviado.
¡Un éxtasis!
¿Sobrevivirán los sentidos, la excitación del contacto físico?
Si el único virus que mueve la luna y las estrellas,
que reta vendavales y tormentas
para existir sin amenazar, es el amor.
¡Réquiem por la gran poesía del Universo!
Y sobrevivirán los poetas contándonos el amor
como una fantasía…
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