Querido jardín, un intruso llegó a nuestras vidas
y nos tienen encerrados y dicen que eso,
nos hará mejores personas.
No lo sé y tampoco me convence.
Siempre amé la vida y ella, no tenía Corona.
Soñaba con que el mundo fuera mejor,
mas humilde, más sencillo.
Viajé mucho en primera clase con mi mente e imaginación.
Nunca me faltó nada porque de la nada, siempre hice algo.
No quisiera quejarme contigo mi querido y hermoso jardín,
pero quizás eres el único que me conoce bien
y sabes que no soy arrogante.
En nombre del ser humano,
te pido disculpas por haber subestimado
el valor de la tierra y la naturaleza.
Desde mi jardín…
Yvette Ruben
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