Desde la ventana, nuestra aliada, notamos con extrañeza
que la multitud andante vestia de negro.
No llovía y llevaban paraguas negros y abiertos,
como si presintieran la tempestad.
No sabemos si la tempestad era “ella”.
Caminaba ausente vestida en rojo,
desafiando a los que por sus atuendos pareciera
que iban a un funeral.
Atentos a la noticia, permanecimos unas horas viendo el ir
y venir de los paraguas donde claramente se destacaba,
la pasión del rojo.
“Ella”, comenzó su andar y le abrieron paso cuando notaron
el camino tapizado con petalos de rosas rojas
que su mano lanzaba con gracia.
Y el clamor no se dejó esperar…
¡¡¡Ella es el amor, gritaron todos, es el amor!!!
Los paraguas se cerraron y salió el sol
como un rubí encendido.
Entre la multitud andante, lentamente fueron apareciendo
los destellos de rojo pasión; había triunfado el amor.
El gato, vestido de blanco, lideró la corte de honor…
*Esta noticia se publicará en la sección cultural,
en primera página publicamos solo malas noticias.
La editora
Pensamiento hoy:
El dolor y la soledad, no tienen colores;
pero sí los sentimientos.
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