El reloj biológico del mundo se detuvo.
Estamos encerrados en un único tema,
sin éxito ni fracaso.
Difícil encontrar la noticia que interese,
que informe de un hallazgo sin trabalenguas.
Como sonámbulo, él anda por la vida sin norte,
preocupado y cohibido.
Por esto, entramos en éxtasis
cuando por la ventana escuchamos en la calle
el clamor de la vida:
¡C A F É!
¡Por fin, una noticia sin par!
¡Qué excitación!!!!
Nos llegó así no más, el rey de la bendita cafeína.
Seremos más inteligentes.
Estaremos más alertas,
más enamorados y menos apáticos.
Seremos más sensuales y con mirada brillante
veremos de frente al amor…
Es nuestro cupido,
amigo de intelectuales, escritores,
artistas, vagabundos, celebridades…
O de quienes como yo,
les brinda un café.
Yvette Ruben
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