Toda mujer debería usar alguna vez en su vida
un vestido rojo.
Símbolo tantas veces, de una feminidad retraída
y ávida de expresarse, como un volcán en erupción.
La vi en un almacén y sus ojos brillaban,
estaba dudosa y a su vez, muy excitada.
Y es que la vida es pasión,
así sea, por unos momentos en los que en el alma,
únicamente está ese hermoso vestido rojo.
Gózalo, te verás enorme en él
y esa noche serás, “la mujer”.
My buen consejo
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