En estos días de un invierno atípico,
veo la ciudad en color sepia.
La sensación es regresiva,
como de un pasado
que se apodera de mi mente
y que no viví.
Quizás son los matices de la vida
que se destiñe con el paso del tiempo.
Los colores no son los mismos,
son de nostalgia y recuerdos.
No sé cuantos días más
durará la película
ni cuando regresará
el color a mis pupilas.
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