Mi color madre es el verde,
llena mi espíritu
y siento riqueza en el alma.
Cosechar verde, comer verde
y caminar sobre verde.
Su magnitud y lujuria en la tierra,
es dominante
y rechaza al hombre cemento gris,
color sin energía ni aroma.
Quizás, por eso, el temor al otoño
donde las hojas caen
y se destiñen hasta huir con el viento.
La vida se compone
de estaciones del alma y sus colores.
Hoy, estoy en estado verde intenso,
como los jardines del Edén.
YvetteRubenA
Espectacularmente bueno
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