No necesito mucho,
un gesto, una flor que retoña,
un ocaso dorado encendido,
un amanecer tapizado en rocío.
No necesito mucho,
suficiente con el aroma de rosas rojas
y el reflejo del mar en tus pupilas.
Así es, no necesito más que mi piel
para tus caricias,
mis labios, para tus besos,
tu mirar, para sentir tu alma.
YvetteRubenA
H E R M O S O
ResponderBorrarMujer enamorada! Bellisimo.
ResponderBorrarEs verdad, enamorada de la vida, querida Martha.
BorrarGracias por tu comentario.