Un día más en nuestra vida
de amantes ocultos
entre las sombras del mundanal
ruido.
Convulsionan nuestros cuerpos
al ritmo del amor ansioso y
deseado.
Mis manos se deleitan
en la seda de tu nuca erótica.
Huele a amor y la penumbra nos
desquicia.
En algún rincón, un rayo de luz
penetra nuestra intimidad celosa
del silencio.
No existe el tiempo
aunque un reloj deslucido,
marque la hora.
Tenemos que renunciar a lo eterno
y agradecer el momento .
YvetteRubenA
Y
Espectacularmente bueno !!!!!!
ResponderBorrarSiendo de un gran poeta, es un gran elogio.
ResponderBorrarGracias