Camino sin rumbo y sin prisa.
Observo y me asombro con las sorpresas
de
la naturaleza, el placer de estar sola y oír
mi
respiración.
El
olor que despiden las hojas, las
sombras
de los árboles, el tapizado de
color verde, el perfume de las flores.
Tocar
con mi piel el agua del río,
extasiarme
mirando el plumaje de un ave.
La
placidez del campesino labrando o
simplemente,
dejando pasar el tiempo.
Caminar
sin rumbo; una experiencia.
Yvette
Ruben Alfandary
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