UN CUENTO
Era
una familia; los padres y dos hijos pequeños.
Acostumbraban
invitar a los abuelos
todos
los Domingos a almorzar.
La
rutina era guardar la vajilla fina de porcelana
y
sacar la de barro, por el peligro de que los abuelos
accidentalmente
la rompieran.
Así
pasaban las semanas y un día,
encontraron
a sus hijos jugando con barro.
Esto
incitó la cólera de los padres que preguntaron;
¿Qué
hacen jugando en la casa con barro?
A
lo que ellos respondieron:
Hacemos
una vajilla de barro para cuando
ustedes
sean viejos y vengan a almorzar a
nuestras casas!
Me saltaron las lágrimas al leerlo! <3
ResponderBorrarEs una hermosa lección para aprender de ella.
ResponderBorrarGracias