Con él creamos estos candelabros.
Perdí su rastro; trabajaba en un solar abierto y pocas áreas cubiertas.
En invierno, su labor disminuía y se dificultaba.
Tenía la piel curtida, manos fuertes y un corazón noble.
Nos unía el amor que sentíamos por la forja,
“la verdadera” como decía el, la del yunque y martillo.
Nos unía el amor que sentíamos por la forja,
“la verdadera” como decía el, la del yunque y martillo.
Iba casi todos los días, el me miraba bajar del carro
como si fuera de una nave espacial que venía
de un mundo lejano que el no conocía.
Nos admirábamos mutuamente.
como si fuera de una nave espacial que venía
de un mundo lejano que el no conocía.
Nos admirábamos mutuamente.
Tomaba mucho café y me ofrecía coca-cola,
en un vaso que distaba mucho de estar limpio
y con naturalidad, me acercaba algo semejante a una butaca,
para que me sentara a diseñar, mientras él, filósofo de nacimiento,
me hablaba acerca de la vida, del amor y pasión por su trabajo.
y con naturalidad, me acercaba algo semejante a una butaca,
para que me sentara a diseñar, mientras él, filósofo de nacimiento,
me hablaba acerca de la vida, del amor y pasión por su trabajo.
Aprendí sobre forja y el ser humano.
Aprendí, que amar lo que uno hace es vivir,
así sea en un solar destechado pero lleno de energía,
arte y creación.
Terminada la obra, el resultado fueron dos maravillosos candelabros hechos a mano.
Aprendí, que amar lo que uno hace es vivir,
así sea en un solar destechado pero lleno de energía,
arte y creación.
Terminada la obra, el resultado fueron dos maravillosos candelabros hechos a mano.
Los quiero tanto como al artesano que les dio vida mientras
hablábamos de filosofía y la humanidad.
Éste es mi homenaje a él.
Han pasado muchos años y no sé donde está,
quisiera verlo de nuevo, hablar con él, saber como está,
ahora que las máquinas reemplazaron su artesanía.
Ojalá que mis palabras le lleguen con el viento,
como una poesía…
Han pasado muchos años y no sé donde está,
quisiera verlo de nuevo, hablar con él, saber como está,
ahora que las máquinas reemplazaron su artesanía.
Ojalá que mis palabras le lleguen con el viento,
como una poesía…
YvetteRubenA
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